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Luto, arte y juventud toman el escenario

Bajo la dirección de Armando Tenorio, esta obra de Patrick Ness llega a Saltillo con una propuesta visualmente impactante y teatralmente conmovedora, en temporada durante todo octubre y hasta el 14 de noviembre en Foro Amapola

MAURO MARINES

Antes de su muerte en 2007 por cáncer de seno, la escritora británica Siobhan Dowd tuvo una idea para una última novela. En ese momento contrató a la editora Denise Johnstone-burt de Walker Books para escribirlo, pero la enfermedad se la llevó primero. La historia de un niño que busca lidiar con la enfermedad terminal de su madre pasó entonces a manos de Patrick Ness, quien la llevó al libro “Un monstruo viene a verme”, novela que desde 2011 ha ganado múltiples premios y reconocimiento público, al igual que sus adaptaciones al cine y el teatro.

Es con este último formato que este fin de semana llegó a Foro Amapola, de la mano de Cuarta Pared Theatre Laboratory, en una producción que se mantiene fiel a la historia original y a través de ella comparte un mensaje sobre los claroscuros de la naturaleza humana y lo que implica lidiar con el luto.

En esta obra, Conor —interpretado por Roberto Mauricio— es un joven de 13 años cuya madre (Alejandra Ugalde) padece un cáncer terminal, su abuela (Adriana Ramírez) es una mujer distante y fría con él, y su padre (Carlos Morales), quien tiene otra familia en los Estados Unidos, tampoco parece interesado en involucrarse mucho con ellos. Además, sufre bullying en su escuela y entre todo padece pesadillas sobre una amenaza muy cercana e íntima.

Todo parece ir de mal en peor hasta que una noche se le aparece el Monstruo (Donaldo Duarte), un viejo tejo del patio de su casa que decidió caminar para poder ayudarlo. Conor cree que la ayuda será más activa y directa, pero su intervención se desarrolla a través de tres historias, que le contará conforme se desarrolla la obra y al final de las cuáles el adolescente deberá contar una cuarta, una en la que revelará su verdad.

Lo primero que destaca ante el espectador es la propuesta visual de la obra. El telón donde las ramas del tejo están siempre presentes, hecho por el pintor Pedro García de la Torre, establece el tono sombrío que envuelve a casi todas las escenas. La escenografía recae sobre seis mesas que fungirán como camas, relojes, pupitres, tronos, o lo que sea necesario para la escena, lo que crea un espacio versátil y apto para ser tomado por la figura que destaca en cada aparición.

El Monstruo, no obstante, no es solo el increíble títere, dominante y fantástico, y la producción detrás — creación del regiomontano Chuy Fauno—, sino también el trabajo físico, vocal y actoral de Duarte, quien da vida a un ente que puede ser tan sabio, orgulloso y cruel como amable, comprensivo y hasta cómico.

Y aunque este imponente personaje impresiona y toma preponderancia en sus primeras escenas, no tarda en quedar claro el gran trabajo de Roberto Mauricio, quien al final de la temporada, el 14 de noviembre, habrá encarnado a Conor 20 veces, dos al día en ocasiones, con todo y sus anhelos, sus miedos, su enojo reprimido y esa verdad que se niega a aceptar, que golpea su interior para poder salir, y habrá depositado todo esto sobre el escenario con una fuerza sorprendente para un joven actor.

Aunado a esto, la interacción de ambos y la química que se genera, al principio un tanto inconexa pero que luego agarra su ritmo, no hace más que darle más peso a la presencia del monstruo y su verdadero significado en el panorama de la puesta.

El elenco cuenta con algunos alternantes, pero los roles del Monstruo, Conor, la abuela y Sully (Mía Anahí), una de las bullies, se mantienen con cada función. Durante el estreno pudimos ver a Ugalde como la madre, y a Morales como el padre, pero también a Lidiet García como la maestra, a Majo Robledo como Lily, la mejor amiga de Conor, y a Victor Lara y Ángel Robledo como Harry Anton, otros de los bullies, quienes a su vez dan vida a los personajes de las historias que el viejo tejo le cuenta al protagonista.

La otra parte de los actores, integrada por Tamara Robles, Uriel Rangel, Diana Escobedo, Raúl Morelos, Omar Muñiz y Liz Maldonado, ofrecen una dinámica con el personaje principal que, como lo pudimos ver en un ensayo previo, mantiene la esencia de la puesta pero con ciertos detalles que varían y hacen de cada elenco una experiencia especial sobre la escena.

A esto se suma el chelo de José Parra, quien acompaña con melodías o texturas sonoras a los acontecimientos sobre las tablas, inspirado por Max Richter pero con ciertas similitudes al trabajo musical de Hildur Guðnadóttir para la película Joker de 2019. Sus notas añaden más capas a este ambiente oscuro en el que se desarrolla la obra y, sin ser intrusivas, son reflejo de las emociones de Conor, alrededor de quien fue creada toda la obra.

Con la dirección de Armando Tenorio, cuya experiencia en el trabajo con jóvenes se reafirma en esta obra, “Un monstruo viene a verme” continuará en temporada hasta el 14 de noviembre, a las 20:00 horas los viernes y a las 17:30 y 20:00 horas los sábados y domingos, en Foro Amapola. Se pueden hacer reservaciones a través de las redes sociales de Cuarta Pared y en Boletópolis.

ARTES

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2021-10-26T07:00:00.0000000Z

2021-10-26T07:00:00.0000000Z

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