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Aún sigue la deuda con personas de talla pequeña

ANA LUISA CASAS

Integrantes de la comunidad de talla baja en Coahuila aseguran que es complicado adapatarse al mundo de la mayoría, ya que pese al esfuerzo de las autoridades por instalar un escalón universal, falta mucho más para adaptar la entidad y se ejerza una verdadera inclusión.

Las personas con acondroplasia viajan en bus por horas con los pies al aire o resbalándose del asiento, les es imposible abordar el transporte pues el primer escalón les queda en el pecho y en el súper mercado no pueden alcanzar los vegetales o abrir un refrigerador.

Por eso piden que la iniciativa que se impulsó hace más de cuatro años para implementar un escalón universal en diferentes dependencias se cumpla, pero sobre todo se solicite la instalación de estos escalones fijos en taquillas, restaurantes, tiendas y atención directa al público

“Ser de talla baja implica muchos retos, el principal es aceptarse a sí mismo, saber que si uno no se valora el resto tampoco lo hará”, cuenta Lupita García.

La saltillense vive día a día la batalla de las barreras que implica ser parte de esta comunidad, desde adaptar su ropa: y aunque no alcanza un teléfono público, la ventanilla de alguna dependencia o arribar un autobús, ha logrado alcanzar sus sueños, asegura.

Pese al día de la conmemoración, autoridades y sociedad olvidan esta causa el resto del año, dijo Lupita, pues las personas de talla baja siguen siendo señalados o discriminados en todos los ámbitos; desde las instituciones educativas o al buscar un empleo.

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2021-10-26T07:00:00.0000000Z

2021-10-26T07:00:00.0000000Z

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