Vanguardia HD

¿Ganó México? ¿O no?

LUIS GARCÍA ABUSAÍD

En la jornada electoral del 6 de junio, dos definiciones de México estuvieron en juego: la definición imaginada desde una cuarta transformación morenista, con un poder autoritario creciente depositado en la figura de AMLO por encima de cualquier institución; y la definición cincelada desde una democracia incipiente con un neoliberalismo económico rapaz y contrapesos en ciernes alrededor de un presidencialismo débil y cómplice de la élite económica.

Esos dos espesos matices definían la confrontación entre un México autoritario y otro democrático.

¿Prevalecieron en esa conflagración la calidad de las propuestas de los candidatos en los distintos partidos políticos? No. La gritería redujó las propuestas a blanco o negro entre cartuchos quemados que bailaban alrededor del tótem del poder.

¿Emergió con fuerza el voto razonado? Tampoco. El miedo fue el motor visceral que cruzó la boleta electoral de la gran mayoría de los mexicanos en los dos campos divididos por la polarización: unos, asustados por el fuego conservador que evitaría la instalación de la 4T; otros, aterrados por evitar la llegada del “comunismo cuatroteista” con tufo venezolano a México.

¿Cuál fue la fuerza subterránea que dio vida a esta primer batalla por definir el México de todos los mexicanos sin exclusión (faltan las batallas de la revocación de mandato en 2022 y la Presidencia de la República en 2024)? El dinero. Porque como bien lo subrayó Napoleón en los albores del siglo 19: “Para ganar la guerra se necesitan tres cosas: dinero, dinero y dinero”.

Y el dinero corrió a raudales, entre los votos de las personas bien intencionadas, para comprar voluntades de todo tipo.

Por la 4T, 447 mil millones de pesos fueron invertidos en Programas Sociales que incluyen a jóvenes, adultos y adultos mayores; sin contar, los dineros de los fideicomisos (50 mil millones de pesos); de la rifa del avión (mil 823 millones de pesos) y del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado que también fueron invertidos para ganar las elecciones. Más las prerrogativas de INE (2 mil 195 millones de pesos) y los cientos de millones (no cuantificables) aportados por gobernadores morenistas.

El INE le otorgó al resto de partidos (4 mil 486 millones de pesos) más los cientos de millones brindados por gobernadores de sus partidos.

No incluyo el dinero sucio del narcotráfico y crimen organizado, también mezclado con esos dineros en cada elección.

Por ello, la pregunta, más allá de las posiciones de poder conquistadas por unos partidos u otros: ¿qué ganó México?

OPINIÓN

es-mx

2021-06-14T07:00:00.0000000Z

2021-06-14T07:00:00.0000000Z

https://vanguardia.pressreader.com/article/281779927073112

Vanguardia