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El sillón de mi consultorio

DONA WISEMAN

Es fascinante pensar en las vivencias de ese mueble”.

Dona Wiseman, psicoterapeuta y actriz.

El sillón de mi consultorio participó anoche, por segunda vez,

en teatro cabaret. No recuerdo de dónde lo saqué. No lo compré. En algún momento tenía fondo naranja y cojines de tela con flores. No recuerdo cómo era antes de eso. Incluso pasó muchos años un poco arrumbado.

El sillón llegó a ser, en algún momento, el lugar de los consultantes. Tal vez en algún momento te sentaste allí para trabajar conmigo. Un tiempo después fue parte de un proyecto de tapicería. Hoy es de color aqua. Y ahora no es el sillón del consultante, sino el mío, el de la terapeuta.

Anoche colocamos por segunda vez ese sillón en el escenario de Foro Amapola, y no para cuestiones terapéuticas, aunque el arte siempre es terapéutico. En algún momento del monólogo saqué una foto del actor, un hombre vestido de mujer, de cabeza allí en el sillón, piernas en el aire.

Es fascinante pensar en las vivencias de ese mueble. Dijo alguien ayer que a mi sillón de consultorio “sexo, pudor o lágrimas le da igual”. Otra persona lamentó (o festejó) que el sillón no pudiera hablar. Una mujer lo declaró “el sillón del amorttts”, lo cual admito que puso a volar mi imaginación. Yo, por mi parte, he pensado mucho en todo lo que ha compartido con tantas personas, incluyéndome, y en lo que pueda seguir aún.

Creo que el sillón y yo somos multifacéticos y que transitamos, a veces en un solo día, de consultorio a teatro pasando por todos los puntos intermedios imaginables. La vida tiende a metáforas inesperadas.

VMÁS

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2021-05-12T07:00:00.0000000Z

2021-05-12T07:00:00.0000000Z

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